Despertamos
con las mismas huellas
envueltos
en el sudor compartido
la misma sal
cicatrizando
la herida mutua
Se anuda el cuerpo
de tanto bostezo unánime
Se hace hábito
atar la misma sangre
a los latidos
Arrastrar
un tiempo sin argumentos
Despertarnos
con el alma tatuada
por el instinto
La misma espera.
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