La orilla desnuda

La noche derramada
asombra tu aliento
La noche erótica
impulsa las estrellas
a enredarse en tu pelo
Te muerdo con los ojos
para no mancharte
Alargo éste exceso
de descubrirnos
en la orilla desnuda
la misma piel.


Despertamos

con las mismas huellas

envueltos

en el sudor compartido

la misma sal

cicatrizando

la herida mutua

Se anuda el cuerpo

de tanto bostezo unánime

Se hace hábito

atar la misma sangre

a los latidos

Arrastrar

un tiempo sin argumentos

Despertarnos

con el alma tatuada

por el instinto

La misma espera.

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