La orilla desnuda

La noche derramada
asombra tu aliento
La noche erótica
impulsa las estrellas
a enredarse en tu pelo
Te muerdo con los ojos
para no mancharte
Alargo éste exceso
de descubrirnos
en la orilla desnuda
la misma piel.


Somos un viento nocturno

llenando los rincones

después de la ceniza

Caricias

de manos asombradas

creciendo en silencio

llenando la piel

de este vicio de amarnos

sin memoria

Somos un cuerpo plural

un rito voluptuoso

y clandestino

de pertenecernos

inevitalbes

como la constancia del mar

siempre excediendo

tu cuerpo de arena.

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