La orilla desnuda

La noche derramada
asombra tu aliento
La noche erótica
impulsa las estrellas
a enredarse en tu pelo
Te muerdo con los ojos
para no mancharte
Alargo éste exceso
de descubrirnos
en la orilla desnuda
la misma piel.


Te inicias

exuberante

definitivamente

imprecisa

inaugurando

un perfume furioso

en cada parte de la noche

abandonando

un teorema inevitable

una estrategia fatal

para la ausencia.

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